Para Toyota el rally es su hábitat. En KOBEMOTOR apostamos por el éxito. La temporada pasada fue casi un paseo para Toyota en el World Rally Car, y este año las cosas comienzan muy bien. Montecarlo ha demostrado que los Toyota Yaris WRC saben subir al pódium.

El sabor del éxito no es nuevo. Toyota es parte de la historia del automóvil por sus hitos tecnológicos. El último de ellos, la hibridación de sus vehículos, un aspecto en el que la firma se mostró absolutamente visionaria. Su apuesta por el hidrógeno es otro logro, pero no debe hacernos olvidar sus logros deportivos. Su impacto en el ámbito de la competición y, en particular, en el World Rally Car, es incontestable.

Ya se ha cumplido medio siglo de la aparición de un Toyota en el mundial de Rallys. Una historia que comienza en 1972 y que está sembrada de éxitos. Entonces, Ove Andersson alcanzó el noveno puesto gracias a uno de los míticos Toyota Celica de la marca japonesa. Entonces, Toyota solo aportaba los coches, pero fue el comienzo de lo que estaba por venir con el Toyota Team Europe, solo tres años después. El no menos mítico y fundacional triunfo de Hannu Milkola en el Rally de los 1000 Lagos a bordo de un Corolla mucho más modesto en potencia que sus rivales rubricó un nuevo hito para la marca.

Toyota, cada vez más orgullosa y segura de sí misma, estableció la sede oficial del equipo en Europa, aumentando su presencia en todo tipo de competiciones. El palmarés no hizo más que subir, conteniendo al aficionado e incluso a la propia firma de su enorme potencial y calidad (y fiabilidad) de sus soluciones tecnológicas, que también se trasladaban a los modelos de calle. La imagen de Toyota en el WRC está, por lo tanto, por las nubes, cuando en el 84 y el 86 Björn Waldegaard, y en 1985, Juha Kankkunen, alcanzaron los máximos galardones.

Mientras tanto Toyota ensayaba y aumentaba el aura de marca visionaria y arriesgada, introdujeron la tracción 4×4 en esta competición de la mano del Celica GT-Four de 1985, y allanaron el camino al mismísimo Carlos Sainz, cuyo tándem con Luis Moya hizo que la marca ascendiera, a finales de la década de los ochenta.

Los 90 fueron años estupendos para Toyota, con Carlos Sainz rematando una victoria tras otra, o en todo caso ascendiendo siempre a los primeros puestos. La buena labor de la marca japonesa era ya un hecho para todo un aficionado al automovilismo. Por supuesto que también quedaron momento dramáticos para la historia.

En el 95 Toyota participó en el mundial, aunque fueron desafortunadamente descalificados y expulsados durante dos años debido a la ficha técnica de sus Celica. Nada impidió que Juha Kankkunen participase con apoyo semioficial en la marca. Un percance que no impidió que Didier Auriol pusiera el colofón a la trayectoria intachable de la marca como equipo oficial en 1999.

Muchos años pasaron hasta que el 2012 Toyota decidiese su ansiado y esperado retorno al World Rally Car con un Yaris R1A y la piloto Isolde Holderied. Un epílogo a una evolución que solo puede ser calificada de histórica y que sitúa a Toyota como una de las marcas con más experiencia en el área de los rallys.

El año pasado fue maravilloso para la marca. La victoria del joven piloto finlandés Kalle Rovanperä en el Rally de Nueva Zelanda, la sexta de la temporada, le permite llevarse el título mundial con sólo 22 años y 1 día, más de cinco años menos que el que ostentaba el récord hasta ahora (Colin McRae).

Y es que Toyota ha sabido aprovechar experiencia y tecnología, para dar a todos sus aficionados una obra maestra como es el GR YARIS, toda una obra de ingeniería y desarrollo procedente del equipo GAZOO RACING, con una especificaciones de puro coche de Rally para la calle.

Tradición, títulos e historia del Motorsport, forman parte de la marca TOYOTA,  en Kobe Motor hemos tratado de mantener esa tradición, con la elaboración de la Copa Kobe de Tierra y Circuitos, toda una oportunidad para iniciarse en ese apasionante mundo de los Rallyes.

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