El pasado 14 de junio vivimos una de esas jornadas que consolidan, año tras año, nuestra pasión por el motor y el compromiso con la comunidad Toyota. La IX Ruta GR de Kobe Motor reunió a más de una veintena de vehículos entre clásicos y deportivos, todos con un denominador común: la admiración por la marca y el disfrute de la conducción.
Punto de encuentro, pasión desde primera hora
La jornada arrancó desde nuestras instalaciones, donde el ambiente ya auguraba un día inolvidable. Reunimos 22 vehículos Toyota, todos propiedad de clientes y amigos de la casa, y entre ellos no faltaron joyas como el Toyota Corolla, el mítico Celica, y los actuales GR Yaris, GR86 y GR Supra. Este último modelo, además, fue uno de los más fotografiados por su presencia imponente y diseño provocador.
La tradicional foto de familia, que en esta ocasión reunió a medio centenar de participantes, fue aún más especial al estar acompañada por modelos icónicos como el Toyota GR Yaris N4, el GR86 de la GR Cup Spain y la exclusiva edición del GR Yaris Seb Ogier
Colmenarejo: desayuno con vistas a la sierra
Tras un breve desayuno en nuestras instalaciones y con el rutómetro en mano, partimos rumbo a Colmenarejo, un enclave que nos recibió con un entorno privilegiado junto a la sierra madrileña. Fue el momento perfecto para descansar, intercambiar impresiones y admirar cada modelo.
La plaza del pueblo se transformó en una exposición efímera de historia y presente de Toyota, despertando la curiosidad de los vecinos y sirviendo de escaparate para nuestro legado automovilístico.

Valdemaqueda: curvas, paisaje y fin de la Ruta GR
Con las energías recargadas, el grupo retomó la ruta en dirección a Valdemaqueda, atravesando más de 100 kilómetros de paisajes espectaculares. Las curvas, el relieve y el entorno natural ofrecieron una conducción divertida y fluida, perfecta tanto para los modelos clásicos como para los más prestacionales de la gama GR.
Desde Kobe Motor cuidamos que el ritmo se adaptase a todos, porque entendemos que disfrutar del trayecto es tan importante como llegar al destino. Y así, en perfecta formación, nuestra caravana de deportivos y clásicos se convirtió en un espectáculo visual sobre el asfalto madrileño.
Almuerzo entre naturaleza después de la Ruta GR
El destino final nos esperaba con un almuerzo al aire libre en un entorno natural especialmente acondicionado. La convivencia fue el ingrediente estrella, y durante la comida no faltaron las anécdotas, las fotografías y las conversaciones sobre lo que más nos une: los coches.
Momentos así nos recuerdan por qué cada edición de la Ruta GR va más allá de lo automovilístico. Es una vivencia compartida, donde cada kilómetro fortalece los lazos entre quienes formamos esta comunidad.

Recuerdos que perduran en esta IX Ruta
Como ya es tradición en nuestras rutas, entregamos a cada participante un obsequio personalizado. No es solo un detalle, sino una muestra del vínculo que cultivamos con quienes nos acompañan en cada aventura. Porque en Kobe Motor creemos que formar parte de esta familia se construye con experiencias auténticas y gestos que perduran.